Intensa-Mente
jueves, 2 de abril de 2020
el mundo de Aristarco
LA TEORÍA HELIOCÉNTRIC. El heliocentrismo, fue propuesto por el
griego Aristarco de Samos, quien se basó en medidas sencillas de la
distancia entre la Tierra y el Sol, determinando un tamaño mucho mayor para el
Sol que para la Tierra. Por esta razón, Aristarco propuso que era la tierra la
que giraba alrededor del Sol y no a la inversa, como sostenía la teoría geocéntrica de Ptolomeo e Hiparco, comúnmente aceptada en esa época y en los siglos siguientes, acorde con
la visión antropocéntrica imperante.
Más de un milenio más tarde, en el siglo XVI, la teoría volvería a ser formulada, esta vez por Nicolás Copérnico, uno de los más influyentes astrónomos de la historia, con la publicación en 1543 del libro De
Revolutionibus Orbium Coelestium. La diferencia fundamental entre la propuesta de
Aristarco en la antigüedad y la teoría de Copérnico es que este último emplea
cálculos matemáticos (más exactos que los de Aristarco), para sustentar su
hipótesis. Precisamente a causa de esto, sus ideas marcaron el comienzo de lo
que se conoce como la revolución científica. El libro causó una controversia moderada
en su publicación.
En 1616 el
cardenal Bellarmino ordenó a Galileo Galilei en nombre del Papa que tomara como posición que
el sistema era tan solo una construcción matemática sin constituir una realidad
física.
el hereje impenitente
GIORDANO BRUNO se ha
convertido en una de los ejemplos más claros sobre lo que representó el
Renacimiento, difundió la enseñanza filosófica por toda Europa, lo que le costó
morir quemado en la hoguera y ser acusado de "hereje impenitente".
Decía que "Las religiones
son para enseñar al pueblo", pero hace hincapié en el sentido de
religiones y las distingue de "La Religión" como la Sabiduría
hermética contenida en todas ellas y como manifestaciones de una misma y
única Verdad, declara abiertamente que esta filosofía es para instruir a los
conductores de pueblos.
“Por encima de
todas las cosas está situada la Verdad, porque ella es la unidad que reside por
encima de todo (...) La Verdad es anterior a todas las cosas, está con todas
las cosas y es posterior a todas las cosas”.
Tras nueve años de torturas es
quemado vivo en una hoguera pública en Roma el 17 de febrero de 1600, eso lo
convierte en el último filósofo hermético del Renacimiento. El día de su muerte
Bruno pronunció la siguiente frase:
“No debo ni quiero
arrepentirme, no tengo motivo para ello y no sé por qué debo arrepentirme”
El comunicado emitido por la
Iglesia decía lo siguiente:
"Jueves por la
mañana, en Campo di Fiori fue quemado vivo aquel perverso fraile dominico de
Nola, acusado de hereje pertinaz, que después de haber creado por capricho,
diversos dogmas contra la santa fe, el malvado quiso morir con ellos
obstinadamente y no arrepentirse. Decía que moría heroico y voluntario y que en
el paraíso su Alma se encendería con aquel humo. Ahora sabrá si dijo la
verdad.”
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