GIORDANO BRUNO se ha
convertido en una de los ejemplos más claros sobre lo que representó el
Renacimiento, difundió la enseñanza filosófica por toda Europa, lo que le costó
morir quemado en la hoguera y ser acusado de "hereje impenitente".
Decía que "Las religiones
son para enseñar al pueblo", pero hace hincapié en el sentido de
religiones y las distingue de "La Religión" como la Sabiduría
hermética contenida en todas ellas y como manifestaciones de una misma y
única Verdad, declara abiertamente que esta filosofía es para instruir a los
conductores de pueblos.
“Por encima de
todas las cosas está situada la Verdad, porque ella es la unidad que reside por
encima de todo (...) La Verdad es anterior a todas las cosas, está con todas
las cosas y es posterior a todas las cosas”.
Tras nueve años de torturas es
quemado vivo en una hoguera pública en Roma el 17 de febrero de 1600, eso lo
convierte en el último filósofo hermético del Renacimiento. El día de su muerte
Bruno pronunció la siguiente frase:
“No debo ni quiero
arrepentirme, no tengo motivo para ello y no sé por qué debo arrepentirme”
El comunicado emitido por la
Iglesia decía lo siguiente:
"Jueves por la
mañana, en Campo di Fiori fue quemado vivo aquel perverso fraile dominico de
Nola, acusado de hereje pertinaz, que después de haber creado por capricho,
diversos dogmas contra la santa fe, el malvado quiso morir con ellos
obstinadamente y no arrepentirse. Decía que moría heroico y voluntario y que en
el paraíso su Alma se encendería con aquel humo. Ahora sabrá si dijo la
verdad.”
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